3.05.2010

dado

luego de acariciar todas las renuncias yo maté
la fe y los fetos de diario dibujando calendarios,
encuaderné todas las mañanas con sol y a un anaquel
le regalé hambrientas cada una de las tibias resolanas
para que abrieran páginas de luz quienes lean esta oscuridad
en que me dejo mientras me doy 
dando la tinta y la tecla del hastío. 



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