porque estamos izados en torno a manecillas
aunque el matinal dirija toda transición
algo que no tiende a detenerse
al traspasar mi espectro
por la espalda cenicienta del terreno
una dosis de perfil me acosa al entrar
con todos los que tenían los tímpanos rotos
más amplios que lo dicho
tiempo sin compás
cosas que son cuerpos
llegamos a la mala edad a media asta
arrastrando los ojos pedestres
que alquilan sus fibras
para limpiarse esa gota de aire
sin saber quien grita agua
cuando a tu lado se acuesta
los párpados constantes
una bandera prestada
esos son los limites del cuerpo
antes de que los condenen
los que añaden variables
cuando solo hay abuso
sin buscar una salida
contra un ámbito de armiño
en que queremos despertar dormidos
por la lluvia que tuvo que perdonar
muertos entre mis pestañeos
que languidecen como centauros de cobre
dime algo
con el cubico fracaso
como un símil de frenos
y de bucólicos recuerdos
de lo menos malo
con cada tajo desquiciante
nunca hay reglas que resistan la rutina
de un presagio sin futuro
encuadernado por sus labios
sin saludo
en las esquinas de todas las ciudades
sin mi aviso
de cuarentamil voltios secos
sin balance y a punto de vertirse
la frustración que acelera
que nunca alcanza el cero
al palpable taciturno
de tu vergüenza
entonces salimos de algún terror
cual si fuéramos espectros
pero somos pobres de pecado
descartados y sin postal
que se desbordan
sin saber que no hay donde
en estos labios
para separarse y volver
cuando estén sobrios
que bueno es tener un tambor que ahogue las palabras
como un verso sin autor que alguna vez lo tuvo
ojalá fuera cierto
es cuestión de subir por las alcantarillas
y para no implosionar
solo yo te conoceré
como quien recuerda que tiene imagen
como si no hubiera tiempo
o repetición sensorial involuntaria.