1.08.2012

canto a la ceniza













a Kenneth Cumba, por la tinta conversada

el temor del fuego habita en las manos del viento
en ceder a la mordida del abismo desde el labio
en compartir el fósil de estas palabras que nos nacen rotas
como a cadáveres de sal tejidos sobre arena muerta
y en hilvanar el rocío que tiembla desde dos espigas
goteando su miel de crisálidas insomnes

está en no nombrar las lenguas ni los cuerpos
está en temblar desde el secreto que pixela los secretos
en la pirotecnia que duerme su violencia entre los surcos
callados de los dedos y del tacto ciego amedrentado

y es que el temor del fuego yergue
su erizo de sol en la mirada ausente
su pólvora de piel desde los dientes
su mordida sin causa, sin freno, sin detente
el temor del fuego apresa estas manos sudorosas
quema la huella de caricias que incendiaron
el fósforo del tiempo, la mirra escondida por la boca
el incienso en huelga de humedales en diciembre

desde dónde ambiciono un canto a la ceniza
sino es desde la ausencia de certezas para el hombre