9.09.2010

pasaporte a la ceniza

















me voy del pan, del mar, del aguacero
huyo de comer las uvas negras a la orilla de las tardes
huyo de ver las llagas florecer como rosas de agua fúnebre
de entregar en cada polvo un pasaporte de ceniza 
gotereando la fe que puse en cada primavera transeúnte de la piel

voy camino a ser un emigrante de la sal de los rosarios
dejo atrás la huella de humedal que nadie habitó sino el deseo
sino quimeras que amenazan con romper el sueño
y con abrir las biságaras de ese confín alado de tu pecho
vuelo de ti y de tu nombre, de tu saliva y de tu axila
de esta hambre de lloverme labio en tus heridas
de estas ganas de curarte lo que hiero con mi historia
historia que es mía y que fue tuya y ahora es de nadie
salvo de un albatros crucificado entre poemas

y es que a veces no me basta decantar la sed de tanta compañía 
ni hacer un homenaje a cada antojo de un altar que se apolille frente al fuego
si mi oración se pudre arrodillada en el desasosiego
si me vuelvo polizón en el cordel de los milagros esperando que uno
me devuelva algo de la vida que entregué e irme con ella
a cabalgar lejos de toda profecía de vida o muerte
irme sin bandera ni boleto de regreso
hasta hallar un balcón de esos que tienen mecedora
y columpiar en la tarde la memoria y los olvidos
hacerme mapas en la piel, lloverme a gritos la renuncia
y poblar de estrellas mi propia noche a oscuras de nombrarte

de vez en cuando
tendré que dibujar un astrolabio que convulse las distancias
detenerme en la estación de cada verbo
y deambular por la torpeza del deseo que te memoria
sobre esa huella dactilar que es un pasaje de vuelta inadvertido

se me hace imperativo irme de ti, darme todo al viaje sin regreso
huir nuevamente del pan y huir del mar, del aguacero
de los nombres, las ausencias, las promesas
y aunque no sepa de qué huyo,  si es de ti o del miedo de quererte
si es de mi o del miedo de dolerme y de dolerte
huyo del agüero sentencioso, de la pena del silencio
huyo de la posibilidad de ver espaldas
porque eso son las despedidas, un desfile de espaldas que se alejan.