2.28.2010

tiemblo

    a Nemat Safavi, deseando que esta no sea tu muerte.


   los pies tartamudeando mis pasos
tropiezo sobre todas las cosas con el miedo
y no puedo más que regalarle el suelo a la mirada
y enmudecer las fieras vueltas voces lapidarias.

mi piel es una jaula que aguanta tanto llanto
todas las penas del alma adentro van temblando
lo demás ha venido a ser humo y ser ceniza
de esa pírrica maroma en el deseo delirada.

quisiera poder morderme la vida como mordí tu boca
suturar mis dedos a sus dedos y abrazarla
con la fe del para siempre que juré a tu oreja
quisiera tender los párpados sobre su seno
y despertar mi pesadilla en nuestro sueño
pero sólo tiemblo...
y la vida parece un temblor hacia la muerte.

tiemblo hasta abrir una grieta en mi coraje
hasta dejar que el sol se me quiebre entre los dedos
y se vuelva una epidemia de luz que se derrite
y que exilia las pupilas cansadas de ver odio.
tiemblo...
y a cada paso voy desgastándome la vida
subiendo hasta el encuentro con todo lo que amé.

no sabes tu que en cada hombre que me prestó
su lecho y su garganta, que orgió su miedo con mi sed
que ungió su boca con mi besos y satanizó su lengua
urgando las esquinas de mi piel también de hombre
yo levanté trincheras, espacios justos para amarte
porque a veces la patria también se ama
en el terreno de otro hombre y a escondidas.

láncenme al vacío de mi último vértigo
para que ya no tiemble, para no soñar con la justicia
aunque a veces pedir justicia es también pedir la muerte.

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