No es la carne que tiembla bajo el golpe
ni es el golpe sobre la carne temblando.
Tal vez sea el rojo tibetano
que anuda por la paz en tus manos
o sea la paz vestida de castigo
desnudando tus nalgas con mis manos
convirtiéndolas en rojo tibetano.
Cuando es esteril la caricia
cuando la sangre sale a asomarse
al encuentro con el golpe de la piel
entonces yo soy el amo
y tu el amo
y no hay amo.
Un pájaro y otro pájaro
sometidos tiemblan.
3 comentarios:
Reapareces contundente. Nos lo debías. ;)
es el rojo tibetano
Ésta fue mi contestación:
OLÉ
Cuando la carne débil tiembla,
embestida por el cíclope de gracia,
y si a su gracia se vierten totalmente los anhelos,
corre la sangre en el camino de las manos.
La turbulencia tiene un ímpetu taurino
sin traje de luces,
con vestido de soles.
Y entre cornada y cornada,
se rinde la fuerza ante el temor:
es esclavo el valiente y sumiso el señor;
es el amo el que siente y sirviente el dador.
Mientras tanto, el toro sumiso acomete
y, en su plaza, recibe glorioso el matador.
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