6.26.2006

Subway



No es la carne que tiembla bajo el golpe
ni es el golpe sobre la carne temblando.
Tal vez sea el rojo tibetano
que anuda por la paz en tus manos
o sea la paz vestida de castigo
desnudando tus nalgas con mis manos
convirtiéndolas en rojo tibetano.
Cuando es esteril la caricia
cuando la sangre sale a asomarse
al encuentro con el golpe de la piel
entonces yo soy el amo
y tu el amo
y no hay amo.
Un pájaro y otro pájaro
sometidos tiemblan.

3 comentarios:

W.B. dijo...

Reapareces contundente. Nos lo debías. ;)

Antagónica dijo...

es el rojo tibetano

Humberto M. Guiot dijo...

Ésta fue mi contestación:


OLÉ

Cuando la carne débil tiembla,
embestida por el cíclope de gracia,
y si a su gracia se vierten totalmente los anhelos,
corre la sangre en el camino de las manos.

La turbulencia tiene un ímpetu taurino
sin traje de luces,
con vestido de soles.
Y entre cornada y cornada,
se rinde la fuerza ante el temor:
es esclavo el valiente y sumiso el señor;
es el amo el que siente y sirviente el dador.

Mientras tanto, el toro sumiso acomete
y, en su plaza, recibe glorioso el matador.