a Cavafis
luego de morar el laberinto oscuro y recto
de poblar el universo de estrellas liquidando
de nublar la vía láctea en un gemido
y descubrirme migrado hasta tu cuerpo
desde el andén tembluzco de la carne
luego de travestir tu pubis de verano
y rodar quejumbroso hasta el latir de tu ombligo
sostenido su hueco desde tu espalda
luego de habitar el infinito viaje
no me sé.
1 comentario:
No me sé, no sé como el como el cuando y el dónde
aprenderé a palidecer epistolas
del quejumbroso viaje.
a la hora y en la hora de siempre.
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